Opinión

¿Una guerra? Los problemas de la salud mental durante época de pandemia

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Illustration: Deus Lo Vult. (2020)    Por: Psicóloga, María De Los Ángeles Arroyo Montoya.

En la columna anterior se abordó el tema de “la salud mental en época de pre-pandemia” destacando no solo las carencias de profesionales dedicados a la Salud Mental en México sino de la misma atención, sobre todo a sectores específicos de la sociedad. A comparación de otros países, México presenta una insuficiencia del servicio de atención a la Salud Mental y esto también ha generado el aumento de múltiples enfermedades mentales.  También se cuestionó sobre las repercusiones psicológicas de las personas al respecto de la crisis sanitaria que se vive desde hace algunos meses a nivel global, así como el papel actual de los profesionales de la salud. Al menos en la ciudad de Celaya, la carencia de psicólogos clínicos en los hospitales da cuenta, entre otras cosas, de la prioridad que se ha brindado a la Salud Mental en entornos clínicos.

El 10 de abril el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell informó que “el tema es la salud mental y las adicciones, que forman un conjunto, un conglomerado que debe de atenderse de manera integral siempre, independientemente de la epidemia del COVID, pero con mayor razón cuando existen este tipo de alteraciones.” También se encontraba el director de Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud, la secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud Mental, el comisionado nacional contra las Adicciones y el director general de la Comisión Nacional contra las Adiciones.

La secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud Mental, Lorena Rodríguez-Bores Ramírez, destaco la puesta en acción de “atención integral de la salud mental en intervenciones a salud mental, adicciones y apoyo sicosocial” con un equipo multidisciplinario y que incluya a toda la población. Se destaca la atención primaria a la salud y la salud comunitaria, a la población que se encuentran en el distanciamiento, atención hospitalaria y atención a la salud mental al personal de salud. También destacó la colaboración institucional, como la académica.

El titular de la Comisión Nacional contra las Adiciones Gady Zabicky Sirot destacó queantes de que nos tomara por sorpresa esta epidemia o que se viniera sobre nosotros, la salud mental en México estaba experimentando y sigue experimentado un cambio muy profundo hacia la democratización, hacia el hacer la salud mental accesible para todos los mexicanos y hacia integrar a los problemas de consumo de drogas como uno más de problemas de salud mental”. Es prioritaria la atención a la población vulnerable (pueblos indígenas, con diversidad sexual, adultos mayores, personas embarazadas, etc.).

También destacó los problemas de adicciones para la población ya de por sí confinada: los presos y el aumento de consumo de sustancias ilegales en otros estratos sociales. Finalmente, mencionó sobre la relación entre consumo de sustancias y la violencia en el entorno familiar. Por su parte, el director general de la Comisión Nacional contra las Adiciones, Jorge Julio González Olvera, informó sobre los servicios y establecimientos disponibles de atención a la Salud Mental, entre ellos el Centro de Integración Juvenil. Para apoyo emocional, la Línea de la Vida, que depende de Salud, de Conadic.  La Línea UNAM, Locatel, Centros de Integración Juvenil y desde luego la Unidad de Inteligencia Epidemiológica Sanitaria. Ante este panorama de acción y después de quince días de su puesta en marcha. ¿Cuáles son los problemas de Salud Mental que estamos experimentando? ¿Cuáles pueden ocurrir?

Una nota del El País del 20 de abril comenta: “Si se pudieran auscultar las emociones, todos los fonendoscopios del planeta escucharían dos: miedo e incertidumbre (…) Y esa súbita falta de certeza, ese temor, solo es el comienzo de otra crisis sanitaria que se cebará en nuestras cabezas, aseguran varios especialistas en salud mental, algunos con amplia experiencia en catástrofes y guerras.  Todo tipo de calamidades está golpeando a la población mundial: enfermedad, pobreza, violencia y muerte.   “Habrá una avalancha de trastornos del ánimo y de ansiedad en los próximos meses y años en todo el mundo”, pronostica el epidemiólogo e investigador de los efectos mentales de las grandes emergencias Sandro Galea, “eso incluye depresión, ansiedad, estrés postraumático, mayor consumo de alcohol y violencia machista.”

La OMS estima que una de cada cinco personas padecerá una afectación mental, el doble que en circunstancias normales (El País, 2020). La incertidumbre actual de las personas se deriva de preocupaciones hacia el empleo, la economía y, para algunos, la educación. El tema de la Salud Mental es dejado de lado por la misma sociedad, aunque se encuentre presentando cambios de ánimo que oscilan entre la tristeza y el enojo, problemas de sueño y otros. Por otra parte, se ha visto en las redes sociales un cambio en el modo de relacionarse con los demás, algunos países se caracterizan por la solidaridad, la caridad y el agradecimiento. En el caso de México, el disgusto, la agresión la violencia se ha manifestado en el entorno familiar y social (también al personal de salud).

De acuerdo con el psiquiatra Alberto Fernández Liria, “los mayores estragos no se deben al combate, sino a la destrucción masiva de la vida cotidiana. En un mundo en el que te defines por tu ocupación, tu papel queda en suspenso, hay una desorientación de la que puede salir cualquier cosa. Se necesita encontrar culpables, distinguir entre los buenos y los malos, como en las guerras”. (El País, 2020). En esta época de pandemia, volver a retomar las actividades cotidianas, se ha convertido en suspenso e incertidumbre ya que rompe completamente los planes y expectativas. “Cuando esto pase y todo vuelva a la normalidad”, “cuando vuelva al trabajo, a la escuela”, “ojalá pronto retome mi rutina”, son frases que generan una esperanza de continuar la vida cotidiana tal como la conocemos. Sin embargo, ¿se podrá volver a la “normalidad?, ¿la vida cotidiana será igual?

 

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