
15 de junio, día mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez
¿Saben que en México hay más de diez millones de personas mayores de 60 años; que en América Latina y el Caribe suman 76 millones y que a nivel mundial se habla de un número mayor a los 900 millones, los cuales pasarán, en el 2050, a los dos mil millones, estos es, que representarán el 20% de la población mundial para ese año? Y lo peor, uno de cada seis de estos humanos han sufrido discriminación en sus comunidades y todavía es mayor en los centros de salud y asistencia social, sin medir las consecuencias físicas y psicológicas que esto conlleva.
Por eso es importante saber que el 15 de junio es el día mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez, declarado así por la Organización de las Naciones Unidas, en fechas recientes. “Si hay un aumento de este sector de la población, se puede predecir que aumentarán también los casos de abusos de las personas de edad”, advierte tal organismo. ¿Y qué tipo de discriminación sufren? Considerarlas una carga social, tomar decisiones por ellos, dificultar su acceso a bienes o servicios básicos, el maltrato físico, psicológico, sexual y financiero, la negligencia y el abandono de que son objeto.
La discriminación que sufren los abuelos está al mismo nivel que la que se manifiesta por el sexismo y el racismo.
De los jóvenes podremos aprender el uso de las teconologías, pero los abuelos nos enseñarán a vivir y hacer otros detalles. Nada más recuerden los siguientes dichos: más sabe el diablo por viejo que por diablo; en casa de viejo: no faltará un buen consejo; como te ves, me vi. Como me veo, te verás; la juventud tiene la fuerza y la vejez la prudencia; el que de joven corre, de viejo trota.Pero también están estos otros: donde hay celos, hay amor; donde hay viejos, hay dolor; llora el niño por su bien, más el viejo por su mal.
Y esto me trae a la memoria aquel cuento en el que el nieto partió en dos la manta que el padre le dio al abuelo, cuando el segundo corrió de su casa al anciano: el hijo le dijo al padre, esta parte es para el abuelo y la otra para cuando tú seas viejo y te corra de la casa. Triste realidad. Por eso eduquen a sus hijos desde niños, porque, recuerden, los infantes serán los que nos cuiden en la vejez, para no quedar como en la canción de Jacinto Cenobio, compuesta por Francisco Madrigal: “Sin lo que más quero, ya nada es igual./Cobija y sombrero serán mi hogar./Por eso, por eso, mi ahija’o, regrese en paz;/Y a naiden le cuente que estoy aca”.
¿Qué tiene de malo dar el viejazo? Viejos los cerros y todavía reverdecen, ¿o no?
José Andrés Márquez Frías, Historiador
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