Ahora que estamos próximos a conmemorar el día mundial de la mujer, no está por demás recordar la participación de una de las figuras femeninas destacadas de la Guerra de Independencia de México: doña Josefa Ortiz de Domínguez, quien murió el 2 de marzo de 1829, a la edad de 60 años y en la más deplorable pobreza.
Doña José Ortiz de Domingo nació el 8 de septiembre de 1768, quedando huérfana en la infancia y al cuidado de su hermana mayor, quienes pertenecían a una familia española criolla y de cómoda posición económica. Su nombre completo era María Josefa Crescencia Ortiz Téllez-Girón.
Josefa Ortiz vivió en la Ciudad de México, estudiando en el Colegio de las Vizcaínas, escuela de la que salió para casarse con Miguel Domínguez, quien en 1802 sería nombrado corregidor de Querétaro, cargo por el cual se le conoce a Josefa Ortiz de Domínguez como la corregidora.
Fue en esta última ciudad en la que ambos participaron decisivamente en las conspiraciones de la independencia de México, pues incluso abrieron la puerta de su casa para efectuar tales juntas de conspiración. El levantamiento armado se programó para el mes de octubre de 1810, pero a mediados de septiembre fueron delatados muchos de los implicados, por lo que el movimiento inició, como todos sabemos, el 16 de septiembre de ese año.
Aunque al principio los esposos Domínguez no fueron acusados, poco después los recluyeron en diferentes puntos de México, hasta 1817, que se les otorgó la libertad, reanudando su apoyo al movimiento independentista.
Ya con el México independiente, doña Josefa Ortiz de Domínguez rechazó cualquier compensación por su lucha y cualquier nombramiento. No obstante, hoy se le tiene como benemérita del estado de Querétaro.
José Andrés Márquez Frías, Historiador
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