
Lo ocurrido este viernes durante la sesión del ayuntamiento de Comonfort evidenció no solo un momento de tensión política, sino lo que muchos consideran la punta del iceberg de una administración encabezada por Morena, carente de liderazgo y coordinación interna, en este caso por parte Gilberto Zárate Nieves.
Durante la sesión, quedó en evidencia el desconocimiento de leyes y lineamientos municipales por parte de varios regidores, así como la falta de una conducción clara por parte del presidente municipal, Gilberto Zárate. La actuación de la directora de Educación, María de Jesús De La Cruz Olalde, también fue duramente cuestionada, ella respondió de manera abrupta e irrespetuosa, sumándose a la percepción de una administración mal gestionada.
A pesar de contar con mayoría en el cabildo, el presidente municipal no logró mantener el control ni generar consensos entre los integrantes de su fracción. Cada regidor, regidora, comentan observadores políticos, parece actuar con agenda propia, lo que refleja una clara división interna en el bloque morenista.
Esta fragmentación ha comenzado a traducirse en resultados poco favorables para la ciudadanía. A seis meses de iniciada la administración, la falta de cabildeo, acuerdos y una visión común de gobierno han generado un ambiente de incertidumbre y parálisis en decisiones clave.
A estas señales de descomposición se suma el manejo de acusaciones de nepotismo que han rodeado al presidente municipal, Gilberto Zárate Nieves, mismas que hasta el momento no han sido atendidas ni esclarecidas. Para muchos, esto confirma la falta de carácter político del edil para ejercer un liderazgo firme y con rumbo. La ciudadanía esperaba mano firme en el caso de Jovita y no pasó nada.
El ayuntamiento de Comonfort enfrenta días complejos, y mientras no exista un replanteamiento serio al interior del gobierno municipal, los ciudadanos podrían seguir siendo los principales afectados por una administración que, aseguran algunos, “se cae a pedazos”.