
Pintura: The Unknown That Scares Us by Paulo Zerbato (2011)
Derecho a la educación. Por: Esperancita
La educación es un derecho fundamental de todo ser humano, derecho institucionalmente establecido, pero también una necesidad inalienable del individuo para su desarrollo.
En México, el artículo 3ero constitucional lo establece como una obligatoriedad del Estado para con los ciudadanos, pero al ser la educación un asunto “intangible” termina siendo un tanto subjetivo.
Lo que trato de decir es que, aunque sea un derecho para todo ser humano y que por tanto debe ser de fácil acceso, al menos en México no ha sido así, no todos reciben educación pues no todos pueden acceder a ella y hoy esa herida se ahonda pues el coronavirus también ha infectado a la educación.
Antes de la pandemia, la educación en México ya se mantenía como un problema de “salud pública”: altos niveles de deserción y analfabetismo, difícil acceso a la educación a las comunidades más pobres y alejadas del país; y muy bajos niveles de aprovechamiento pues hay egresados de universidades con dificultades para leer y escribir.
Reformas legales van y vienen pero el sistema educativo y su estructura seguía siendo el mismo y el COVID-19 vino a ponerlo en “terapia intensiva” y por algunos momentos pareciera que requiere de “intubación” para sobrevivir. Analfabetismo tecnológico, difícil acceso a las nuevas tecnologías, resistencia al cambio, y peor, desinterés de los padres de familia en el proceso formativo-educativo de sus hijos, parecen ser las graves complicaciones.
En Guanajuato, de acuerdo a cifras oficiales, el 14% de los alumnos del estado del nivel básico “se esfumaron”, es decir, no se han podido localizar desde que iniciaron las clases a distancia a pesar de que esta modalidad no solo implicaba el uso de tecnologías sino la visita domiciliaria. Se suma el cierre de escuelas privadas, alumnos que hoy no se precisa si serán atendidos por las escuelas públicas, que de por si ya cuentan con grados saturados y falta de maestros. Y así otros bemoles.
Que decir de los docentes, los primeros en la línea de batalla, muchas veces atacados por exigir en marchas y plantones mejores condiciones y lugares de trabajo y quienes hoy siguen padeciendo del ataque pues, continuando con las carencias, invierten sus recursos (humanos, financieros, familiares, personales) y toda su creatividad para continuar con la labor educativa.
Dice el dicho popular que “El camino al infierno está hecho de buenas intenciones” y se busca hacer de todo para revivir a la moribunda educación mexicana. La propuesta gubernamental de retomar el “espíritu” educador de la televisión para contrarrestar el analfabetismo tecnológico, pero sobre, ¿será la vacuna para que el derecho a la educación deje de agonizar? O mejor ¿morirá el viejo sistema educativo?. Y criticaron a “La Mars” por dejar la escuela y educarse a través de You Tube.
Es cuanto.