Lo que sale de nuestra boca tiene un costo
En la visita de la Consejera del Instituto Electoral en el Estado de Guanajuato, Indira Rodríguez, para explicar el contenido de la “Guía para la atención a la violencia política contra las mujeres en razón de género”, las regidoras Mónica Delgado y la Regidora Bárbara Varela, sacaron su guante blanco para contestarle a la alcaldesa Elvira Paniagua que no es suficiente hablar y formalizar un discurso en apoyo a las políticas de igualdad de género.
Lo que en estudios de género se ha denominado “sororidad “(apoyo a las mujeres), se traduce en el día a día en “hablar de lengua para afuera” como dice la frase popular. Tan adecuado a la realidad fue lo que mencionó la regidora Mónica Delgado, “si yo no apoyo a una mujer también habla de lo que soy “y más si eres mujer.
Atrás ha quedado la “sororidad” hoy se habla de “affidamento” termino planteado por las feministas italianas que propone no solo decir que apoyo a las mujeres sino actuar en apoyo y congruencia hacia las mujeres, sobre todo si soy mujer.
La participación de la presidenta de la Comisión de igualdad de género, Bárbara Varela también fue determinante no se debe permitir de ninguna manera que siga existiendo la violencia política entre las y los miembros del ayuntamiento hacia otras empleadas y empleados.
Reflejada dicha violencia, en los actos simbólicos, y para muestra nuestro amigo Egoberto Serrano (como le conocen ya en el los pasillos del Instituto de Arte y Cultura de Celaya) presente en la sesión extraordinaria, su caso visibilizado ante la opinión pública también lleva a la reflexión ¿Es justa una sanción de suspensión de una semana? Ante sus declaraciones y a todas luces reflejo de violencia política ¿hacia la regidora Mónica Delgado y hacia Bárbara Varela?
Tendremos que esperar como dijo la Consejera Electoral que un día no tan lejano, las sanciones sean: dar de baja al funcionario (a) o quitar el registro de un partido político, cuando las actuaciones de los que integran la vida pública requieran una sanción que en verdad tenga consecuencias, que ayuden en la transformación de la violencia en una cultura de respeto a los Derechos fundamentales de las mujeres, y bien si la violencia no es física, sí es simbólica y estructural.
Y parafraseando a la alcaldesa “pues aquí dejo esto a la reflexión”…. Y si lo que sale de nuestra boca tiene un costo, veamos como siguen actuando cuando haya otro caso que se visibilice porque hay muchos que debajo del iceberg no se ven , no se hablan , pero sí se dicen en los pasillos de la administración municipal.